Barco victoriano en el Titicaca El Yavarí, el barco de hierro en funcionamiento más antiguo del mundo, sigue a flote acodado en el puerto lacustre de Puno.
06/12/2021 08:04 en NACIONALES

En las frías aguas del lago Titicaca descansa casi condenado al olvido el Yavarí, el barco de hierro más antiguo del mundo aún en funcionamiento, una joya naval de época victoriana que sueña con, algún día, hacer cruceros por las islas entre Bolivia y Perú.

 

 

Puno, Perú

EFE

No obstante su incuestionable valor histórico, poca gente conoce que este buque de cerca de 160 años está amarrado en uno de los muelles de Puno, el principal puerto del Perú en el lago Titicaca, ni siquiera los habitantes de la ciudad, que no saben de esta atracción turística sin explotar.

 

 

Historia

 

“Es de 1862, tres años más antiguo que el monitor Huáscar”, dice a Efe con orgullo Máximo Flores, el jefe de máquinas del Yavarí. Al igual que el Huáscar, el Yavarí fue construido en astilleros británicos, en plena época victoriana, y llegó al Perú en varias piezas; primero por mar al puerto de Arica y luego a lomo de mula hasta el lago Titicaca.

 

“Iba a tomar seis meses, pero al final fueron seis años”, recuerda Flores, guardián de este buque al que le da mimos y trata de conservar antes de que se vuelva a echar a perder.

 

Inicialmente el Yavarí, botado el 25 de diciembre de 1870 y bautizado así en honor al inmenso afluente del Amazonas que sirve de frontera entre Brasil y Perú, fue una cañonera de la Armada peruana junto a su gemelo, el Yapurá, que entró en servicio tres años después.

 

Fue la primera de las muchas vidas que ha tenido el Yavarí, que tras la Guerra del Pacífico pasó a ser un buque mercante entre Bolivia y Perú de la empresa británica Peruvian Corporation; luego, cuando esta compañía fue nacionalizada en 1975, volvió a manos de la Armada y fue dado de baja por una avería.

 

Abandonado, oxidado y a punto de ser hundido en mitad del lago, parecía el fin del Yavarí. Pero en 1985 apareció la británica Meriel Larken, quien lo compró por solo 5,000 dólares para restaurarlo y darle una nueva vida, ahora al servicio del turismo. Gracias a donaciones y recolectas se reunió la financiación para devolverle el lustre al Yavarí, que en 1999 volvió a navegar después de más de 20 años.

 

 

Único en el mundo

 

Lo más arduo fue restaurar y volver a poner en marcha el motor, una gigantesca pieza de museo semidiésel construida en 1914 por la empresa sueca Bolinger, con cuatro cilindros, una potencia de 320 caballos, 225 revoluciones por minuto y al menos cuatro hombres en la sala para controlarlo. “Es el motor más antiguo de su tipo en funcionamiento. Los demás están en museos en tierra. Este es el único que sigue en un barco. Es uno de los primeros motores de petróleo”, afirma Flores mientras revisa con meticulosidad uno de los filtros de aceite que lubrican los cilindros.

 

Este motor, una maraña de tuberías que suben, bajan y dan vueltas, reemplazó al motor original, uno de vapor de 60 caballos de potencia que era alimentado con excremento de ganado ante la imposibilidad de conseguir carbón en el Titicaca.

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