Hasta que nos volvamos a encontrar, la primera producción peruana hecha especialmente para Netflix, ha causado todo un revuelo en redes sociales. Se critica detalles más sociológicos que cinematográficos, como por ejemplo si la protagonista, Stephanie Cayo, tiene el fenotipo para bailar festejo y asuntos así.

Ernesto Carlín

Se trata de una película con una trama clásica. Un joven millonario español viaja al Cusco con la idea de construir un hotel. Su proyecto alteraría el idílico lugar donde acaba de llegar. Pero conoce a una muchacha que le hará ver otro ángulo de la vida.

Es predecible desde el primer cuarto de hora. Cumple su función de entretener de forma ligera. De paso, hace publicidad a varios lugares del Perú.

No es un tratado de antropología. Inútil buscar escrupulosamente la representación de nuestra sociedad. Es un producto para pasar el tiempo. Hay poco de rescatar más allá de la impecable producción audiovisual.