Bárbara Ocampo Rubio y Olga Mejía Quispe, estudiantes de la institución educativa emblemática Virgen Asunta de Chachapoyas, alcanzaron el segundo y décimo lugar a escala nacional, respectivamente, en el concurso de cuentos Peruanas de Ciencia, organizado por el Concytec y la Embajada de Estados Unidos.

Como ellas, 519 niñas del referido colegio son usuarias del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), que les provee los alimentos como complemento alimenticio y favorece su atención y permanencia en clases.

Ambas alumnas, de once años de edad, además de su compromiso intelectual, tienen un talento literario y fueron galardonadas por escribir cuentos sobre la importancia de la ciencia en el desarrollo personal y social.

La historia comienza cuando Prociencia, unidad ejecutora del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), y la Embajada de Estados Unidos convocaron a las estudiantes que integraron el Club de Ciencia y Tecnología, reconocido por el Concytec el 2021 para la escritura de cuentos que tengan como eje la historia de científicas peruanas, con lo que se busca acercar las niñas a la ciencia.

Como en las ciencias, la literatura requiere de grandes dosis de creatividad, don que derrocha Bárbara Ocampo en el cuento “Silvana y sus sueños hechos realidad”. En esta narración, la protagonista le da un giro a su historia a partir de un encuentro sobrenatural, que la lleva a prometerle a su progenitora que estudiará para cambiar su entorno.

En el relato, al llegar a la etapa adulta, la protagonista cumple su promesa, a través de la investigación científica, con el objetivo de reducir el impacto ambiental, con estudios sobre la minería ilegal y la elaboración de ladrillos con compósitos de residuos de plásticos y de protección anti-covid-19.

La historia descrita por la autora es una alegoría a la biografía de la científica peruana que inspiró a Ocampo; texto que la llevó a ocupar un meritorio segundo lugar a nivel nacional.

Sobresaliente

Similar caso es el de la estudiante peruana Olga Ashelén Mejía Quispe, que presentó una historia cuyo foco narrativo está centrado en la vida de la científica Dionicia, quien además de aportar significativamente con sus investigaciones al conocimiento de enfermedades, como la uta y la malaria, es un referente para el personaje ficticio de la autora del cuento, que termina influenciándolo hasta convertirse en un médico destacado.

La historia de Mejía caló en el jurado calificador del concurso y obtuvo un meritorio décimo lugar a escala nacional.El concurso no solo potencia la aptitud humanística expresada en una narrativa de ficción, sino que incentiva la participación de las estudiantes en las áreas de ciencias, tecnologías, matemáticas e ingenierías, destacó el programa Qali Warma.